El envejecimiento de la piel es algo inevitable, sin embargo existen numerosos tratamientos hoy en día para minimizar los efectos del tiempo sobre nuestro organismo. Cuando se trata de combatir la aparición de arrugas sean superficiales o profundas surge siempre la duda sobre qué tratamiento estético es el más adecuado.
De hecho, la Medicina Estética ofrece un amplio abanico formado por las infiltraciones de rellenos faciales, el plasma rico en plaquetas o PRP, los diferentes tipos de peeling, los hilos tensores y la aplicación de toxina botulínica. ¿Cuál de ellos es mejor para ti? Para averiguarlo es necesario que acudas a un centro estético cualificado y que seas asesorado por un médico estético con experiencia que valorará tu tipo de piel, tu tipo de arruga y así podrá indicarte el tratamiento idóneo para ti.
Sin embargo, una de las técnicas más frecuentes en Medicina Estética es la combinación de tratamientos. Los médico-estéticos están cada vez más convencidos de que la combinación de unos y otros tipos de tratamientos hace que se consiga los mejores resultados posibles y, además, ayuda a que se mantengan en el tiempo. ¿La combinación que más éxito tiene? Sin duda alguna la infiltración de toxina botulínica acompañada de ácido hialurónico.
La combinación de la toxina botulínica y el ácido hialurónico
Cada uno de estos materiales está indicado para un objetivo en particular y, por eso, su unión hace la fuerza. Combinar dos tratamientos que combaten las arrugan y líneas de expresión de diferente forma permite que se corrijan con mayor rapidez y durante más tiempo.
El ácido hialurónico es un material totalmente biocompatible y biodegrable que se reabsorbe por el organismo de forma natural. Es una potente sustancia rejuvenecedora de la piel ya que actúa sobre ésta aportándole mucha hidratación y rellenando los surcos o zonas que han perdido tono facial. Así, esta sustancia de relleno facial actúa sobre las arrugas estáticas, es decir, aquellas que se forman por la edad por al desaparición de sustancias del cuerpo como la elastina y el colágeno. Principalmente se trata de las arrugas que se forman por la pérdida de volumen en la zona de alrededor de la boca, el escote, los pómulos y la zona inferior de los ojos.
Por su parte, la toxina botulínica es un material muy utilizado en todos los ámbitos de la Medicina que actúa como relajante muscular. De esta forma, la infiltración de toxina botulínica se utiliza para relajar la acción de los músculos que provocan las arrugas dinámicas también conocidas como líneas o arrugas de expresión. Por lo tanto se trata de aquellas arrugas que aparecen debido a la contracción involuntaria de los músculos de la zona de la frente, el entrecejo y las patas de gallo. Además, uno de los efectos más interesantes de la toxina botulínica es que al aplicarse en combinación con el ácido hialurónico potencia los resultados de este último.
Ambas sustancias son muy seguras y tienen un efecto temporal. Sin embargo, al utilizarse en combinación no solo combatirás las arrugas de todo el rostro sino que además lograrás que los resultados duren más tiempo del que durarían por separado. En Clinimagen somos expertos en tratamientos estéticos y podemos asesorarte sobre las técnicas que mejor se adaptan a tu tipo de piel para que tu piel tenga un aspecto luminoso y joven en tiempo récord.