
Hilos mágicos y su uso en Medicina Estética
Los hilos mágicos son el remedio más espectacular para combatir la flacidez, esa piel que sobra donde quiera que esté. Y es que a la hora de estirar, los hilos están demostrando su gran versatilidad y eficacia convenciendo al mismo tiempo a los expertos y a los usuarios, hombres y mujeres.
La acción de los hilos tensores ayuda de forma natural a producir un efecto de estiramiento de la piel y el levantamiento de cara al mismo tiempo, causando un efecto rejuvenecedor en el paciente al provocar un aumento de la producción de colágeno; además son reabsorbibles por el organismo en seis meses, aproximadamente. Se trata de una técnica sencilla, mínimamente invasiva, sin suturas, sin cirugía y sin riesgos para el paciente porque la zona tratada puede ser retocada en cualquier momento si el paciente lo requiere.
Es un método seguro y eficaz con acción tensora inmediata, aunque para comprobar los resultados definitivos hay que esperar unas tres semanas. La duración de sus efectos perduran más o menos un año y medio, dependiendo del estado de la piel de cada paciente. Cada hilo provoca una fibrosis progresiva en el tejido celular subcutáneo lo que facilita su anclaje a la piel. Esta acción tiene como resultado una piel más firme y más turgente.
Mediante su implantación se elevan mejillas y las cejas, se recupera el óvalo facial, pueden mejorar los surcos nasogenianos, borrarse las líneas de marioneta (peribucales) y el código de barras, eliminar el doble mentón, reafirmar el cuello, el interior de los brazos, los muslos, las rodillas, los glúteos, las mamas e incluso abdomen.
Pero no es una técnica excluyente, este método de rejuvenecimiento es compatible con otros tratamientos como la toxina botulínica, la mesoterapia con vitaminas, el láser o las infiltraciones de plasma rico en factores de crecimiento. Mezclando técnicas según las adaptaciones que necesite cada paciente, pueden obtenerse unos resultados magníficos.