El envejecimiento es un proceso inexorable pero es posible retrasarlo. La medicina del envejecimiento da la posibilidad de mejorar la calidad de la vida más allá incluso de lo puramente cosmético.
Aunque se antepone la imagen a la salud, no puede haber buena imagen si no hay buena salud. No se puede manifestar una buena imagen de verdad si la persona no está bien física y mentalmente. Para mejorar algunos signos del envejecimiento hemos de estar mejor por dentro y, luego, la medicina estética se convierte en una medicina de armonía entre el bienestar físico y mental.