El tratamiento de la depilación por láser se ha convertido en el tratamiento estrella en depilación ya que permite la desaparición del vello de forma definitiva y sin que la piel sufra. La eficacia de su resultado unido al hecho de que cada vez se aplica en más centros, no siempre especializados y a precios más asequibles, ha llevado a que 2 de cada 10 mujeres recurran a esta técnica como método de depilación.
Es fundamental que el paciente acuda a un profesional médico y que conozca en todo momento en qué consiste la técnica que se le va a aplicar. Además es importante que el especialista haga un historial médico del paciente para prever reacciones adversas o resultados no deseados. El usuario debe acudir siempre a un centro regulado donde el personal empleado tenga la situación y cualificación adecuada, que disponga de un seguro de responsabilidad civil y cuyos tratamientos se apliquen con productos autorizados. Un láser mal aplicado puede tener graves consecuencias como quemaduras en la piel.
Decálogo de seguridad de la depilación láser:
- Realizar un historial clínico del paciente para prever reacciones adversas o efectos secundarios no deseados.
- Analizar el tipo de pelo y de piel, ya que la fotodepilación debe adaptarse a sus características.
- Informar pormenorizadamente sobre la técnica que se va a utilizar.
- El paciente debe firmar un documento de consentimiento en que declare estar debidamente informado y autorice expresamente la depilación.
- Conocer los fármacos que está tomando el paciente, puesto que algunos pueden provocar crecimiento del pelo, fotosensibilidad o reacciones fototóxicas, fotoalérgicas y fotodinamizantes.
- Abstenerse de tomar el sol un mes antes del tratamiento, ya que la aplicación del láser en pieles bronceadas puede producir quemaduras.
- La depilación está absolutamente contraindicada en pacientes tratados con ácido 13-cis-retinoico, fotosensibles, fiebre o infección aguda.
- Se deben tomar precauciones especiales con pacientes que sufren herpes recurrente, en personas de razas negras o muy oscuras y mujeres embarazadas o en situación de lactancia.
- Normalmente los efectos secundarios (enrojecimiento de la piel y pequeñas inflamaciones) son transitorios e intrascendentes, y en menos del uno por ciento de los casos puede aparecer foliculitis, hiperpigmentación, costras, púrpura, erosiones, cicatrices, fotofobia, aumento transitorio de la pilosidad o edema palpebral.
- Si el láser se aplica accidentalmente en los ojos o en zonas de piel que no son las correctas se pueden ocasionar conjuntivitis, opacidad de la córnea, dificultad para percibir los colores azul y verde, quemaduras y cicatrices.