El calor, si se aplica correctamente y de forma profesional es una herramienta curativa más para ciertas molestias, especialmente musculares. Los tratamientos que usan el calor como método aprovechan los beneficios de este sobre el cuerpo, con la utilización de elementos que superen ligeramente la temperatura habitual del organismo y ayudando así a la relajación o la descontracturación muscular.
Beneficios de la termoterapia
Vasodilatación. El calor favorece el flujo de sangre en la zona tratada. Este efecto, denominado hiperemia, tiene efecto analgésico y elimina o minimiza dolores y molestias, colabora en la nutrición de los tejidos y acelera el proceso habitual de a eliminación de toxinas del organismo.
Disminución de la presión arterial. El tratamiento de termoterapia tiene un efecto para el corazón, ya que reduce la presión sanguínea en el organismo. Esto debe ser un procedimiento controlado por un equipo profesional, ya que en su justa medida es beneficioso y genera un efecto de relajación, mientras que si es en exceso puede producir mareos.
Efecto sedante y relajante. Con la aplicación de calor se produce un efecto sedante y relajante. Este tratamiento es beneficioso para la relajación muscular, ya que evita o relaja el espasmo y alivia la fatiga. Este estímulo del cuerpo tiene importantes beneficios para la rehabilitación, para evitar o eliminar contracturas musculares o tratar una lesión. También alivia a pacientes afectados por artrosis o artritis o con dolores articulares.