Los últimos avances en la tecnología de implantes, así como en las técnicas quirúrgicas, hacen de la cirugía de aumento de pecho una opción viable, accesible y natural para cumplir ese deseo.
En primer lugar, el cirujano proporciona un examen morfológico de los pechos. Se examina la glándula mamaria, el tejido adiposo mamario, los músculos del pecho y la calidad de la piel (si la piel es fina o gruesa). A continuación, el cirujano informa del tipo de prótesis que mejor se adapte a la paciente y el sitio de implantación.
Los implantes mamarios anatómicos tienen la capacidad de reproducir una forma natural del pecho (forma de pera o lágrima), pero pueden sufrir riesgo de rotación. El riesgo de rotación es excepcional si la técnica quirúrgica es correcta. Su aspecto natural es particularmente adecuado para pacientes delgadas con tejido delgado o con poca glándula mamaria, así como en los casos de reconstrucción de la mama. Los implantes redondos realzan el escote y tiene más curvatura en la parte superior. En caso de rotación, no hay alteración de la forma de la mama, puesto que los implantes redondos son esféricos.
Los implantes de mamas más utilizados consisten en una cápsula de silicona que contiene gel de silicona y que aporta un tacto muy natural y agradable. Además del efecto natural a la palpación, los implantes de gel de silicona ofrecen el resultado más estético y armonioso.
Los implantes mamarios que contienen solución salina (agua salada) se colocan desinflados en el hueco de implantación y se llenan con solución salina una vez implantados. La solución salina no es perjudicial para el organismo pero este tipo de prótesis puede crear ondas antiestéticas en la superficie del pecho si el grosor de la piel es delgado.
Para colocar la prótesis se realizan incisiones habitualmente pequeñas, de tres diferentes maneras: a través de una incisión en la axila, a través de una incisión alrededor de la aureola mamaria, o a través de una incisión a nivel del surco submamario. La ubicación de la incisión depende de las características del pecho de la paciente y del implante a colocar. Con el tiempo las cicatrices se hacen menos apreciables y, dependiendo de la localización, pueden llegar a ser prácticamente imperceptibles.