Cuando se habla de tratamiento con toxina botulínica siempre se tiende a pensar en las arrugas. Lo cierto es que sí, esta sustancia es altamente eficaz contra determinados tipos de arrugas, pero no es su único uso. La toxina botulínica se aplica en diferentes especialidades médicas y en todas ellas si no se utiliza correctamente puede conllevar posibles efectos secundarios.
¿Para qué se utiliza la toxina botulínica en Medicina?
La toxina botulínica es una sustancia que se utiliza con mucha frecuencia en diversos ámbitos de la Medicina. De hecho, se usa en tratamientos de áreas tan diferentes como la oftalmología, la dermatología, la ginecología, la neurología, etc.
Entre los diferentes tratamientos en los que se puede usar toxina botulínica se encuentra la hiperhidrosis en las axilas o exceso de sudoración de éstas ya que esta sustancia actúa inhibiendo la producción de sudor. Además de este uso, la toxina botulínica también se utiliza con mucho éxito en el tratamiento de la incontinencia de orina causada por la vejiga hiperactiva e incluso para combatir las migrañas.
Por esta razón, se trata de una sustancia que es altamente segura y de calidad ya que requiere pasar unos estrictos controles de sanidad. De ahí la importancia de que este material de uso médico se utilice siempre por manos profesionales.
Posibles efectos secundarios de la toxina botulínica
A la hora de realizarse un tratamiento con toxina botulínica lo principal es acudir a un centro médico especializado y sobre todo homologado. Esta es la única manera de garantizar que el equipo médico que te atienda sea personal cualificado y adecuadamente titulado. Los tratamientos, estéticos o no, con toxina botulínica siempre requieren de un médico en su aplicación.
A pesar de que la toxina botulínica es una sustancia muy segura como todos los tratamientos médicos puede conllevar algunos efectos secundarios sobre todo cuando se realiza un mal uso de ella.
El principal efecto secundario que puede aparecer en manos de personas no cualificadas es la reacción alérgica a la sustancia. Esto puede cursar con diversos síntomas como dificultad para respirar, inflamación de la zona tratada, urticaria, etc.
Otro de los efectos secundarios que puede producir un incorrecto uso de la toxina botulínica es la paralización de un músculo facial o la caída del párpado. Esto solamente sucede cuando se aplica de forma errónea y en cantidades equivocadas la toxina botulínica. De esta forma, un error de esta índole en su aplicación puede provocar cambios drásticos en la expresión del rostro del paciente y en su naturalidad.
En casos más aislados la toxina botulínica puede producir también lagrimeo excesivo o imposibilidad de abrir correctamente los ojos. Sin embargo, todos estos efectos secundarios son completamente evitables si se acude a un centro médico homologado y a un médico-estético profesional.
En Clinimagen somos expertos en Medicina Estética con más de 20 años de experiencia en este ámbito médico por lo que podremos asesorarte con todo detalle sobre los tratamientos estéticos que existen y cuándo y cómo deben aplicarse. Si necesitas asesoramiento personalizado de manos de un médico-estético cualificado no dudes en contactar con nosotros.