La insuficiencia venosa crónica representa la enfermedad más heredable conocida hasta el momento. Son las llamadas varices. En concreto, esta carga genética representa el 97%. Este hecho hace que la prevención primaria sea prácticamente nula. La única prevención eficaz se basa en evitar las complicaciones una vez las varices ya han aparecido.
Con ciertos hábitos de vida se puede retrasar su aparición. La vida sedentaria, la obesidad, el calor y la ropa excesivamente ajustada son factores desencadenantes. Tampoco es conveniente permanecer quieto, sentado o de pie, mucho tiempo. Si la persona no se mueve, la sangre sólo sube por la aspiración que realiza la parte derecha del corazón, pero no es suficiente, especialmente en personas mayores con insuficiencia cardiaca. La sangre se va acumulando en el tobillo, que va aumentando su tamaño y acaba con hinchazón. A la larga la piel se resiente y empiezan a aparecer pigmentaciones y endurecimiento. En los últimos estadios, si la piel se estira demasiado, pueden producirse úlceras al romperse con el mínimo roce o incluso espontáneamente.
El embarazo es otra de las causas desencadenantes. La musculatura se va relajando para facilitar el proceso del parto y las venas se vuelven más débiles. Todo esto genera problemas de flujo que, en aquellas mujeres predispuestas genéticamente, dan como resultado las temidas varices. Sin embargo, aproximadamente el 80% desaparecen tras el parto al eliminarse los factores que las causaban. Por un lado, se regula la presencia de líquidos, ya que durante el embarazo la mujer tiene un 13% de volumen de agua, esto permite que las venas recuperen su calibre normal y las válvulas vuelvan a ser competentes y eviten que la sangre vaya hacia abajo. Por otro lado, el útero o matriz deja de comprimir la vena cava, por donde drena la sangre de las piernas hacia el corazón, y se libera esta presión.
Existen varios tratamientos, aunque los resultados finales son iguales la diferencia radica en la facilidad de aplicación para el profesional y en el costo.
En Clinimagen somos partidarios de la técnica clásica de la Escleroterapia la cual consiste en la inyección de una sustancia en el interior de las venas, la cual produce un daño en el vaso sanguíneo que produce el cierre de este y finalmente el cuerpo termina eliminándolo. Es una técnica con iguales resultados que otras, con la diferencia de que su coste es mucho menor. Siendo los problemas tales como manchas y probabilidad de no eliminación, iguales a otras técnicas. En el caso de Venas de tamaño grande siempre y cuando no exista una insuficiencia se realiza la técnica de microcirugía consistente en extracción de la vena bajo anestesia local y con mínimas incisiones, pudiendo el paciente reincorporarse a su actividad normal en 48 horas.