La rinoplastia u operación de nariz, es una de las intervenciones más frecuentes que se realizan en Cirugía Estética. Es la intervención quirúrgica que se practica para corregir los defectos estéticos de la nariz y conseguir una nueva forma que mejore la armonía facial.
Con ella se puede disminuir o aumentar el tamaño de la nariz, cambiar la forma de la punta o del dorso, estrechar los orificios nasales o cambiar el ángulo entre la nariz y el labio superior; a la vez que también corrige los problemas congénitos, los traumatismos y algunos problemas respiratorios. Los candidatos ideales para someterse a una rinoplastia son aquellas personas que buscan una mejoría, y no una perfección absoluta en su apariencia; y que poseen un estado general de salud bueno y una estabilidad psicológica. La edad también debe tenerse en cuenta y, aunque esta cirugía se ha popularizado entre la juventud, es conveniente no realizar una rinoplastia hasta que los pacientes no hayan cumplido los 14-15 años en las niñas y algo más en los niños, por la falta de desarrollo de la nariz en edades tan tempranas; considerando al mismo tiempo los ajustes emocionales y sociales propios de los adolescentes.
La rinoplastia es una cirugía bastante compleja en varios aspectos, en primer término por la zona anatómico que debe intervenirse, pero también es complicada al momento de tener que integrar la “Nueva” nariz al contexto total de la cara, logrando una armonía y mucha naturalidad, de manera tal que no se note que se trata de una cirugía. Es por ello que tiene singular importancia el estudio personalizado previo para una concientización del paciente acerca de los resultados.