Los pacientes a partir del escándalo de los implantes PIP han aumentado sus exigencias en ciertos estándares de calidad en los implantes mamarios. Sin embaro, es el médico el que tiene la responsabilidad de elegir el mejor entre los productos autorizados, aunque sea más caro, puesto que eso evitará segundas intervenciones.
Los médicos no sólo deben optar por los mejores productos del mercado, sino también garantizar una respuesta a los pacientes si surge alguna complicación. La decisión del médico debe basarse en criterios como los estándares de calidad del fabricante, su inversión en I+D+i y la propia experiencia del cirujano.