
La edad, los aumentos y pérdidas de peso, el embarazo, el efecto de la gravedad, y también la lactancia, afectarán a la apariencia de los pechos. La distensión cutánea por el aumento de volumen mamario durante el embarazo y la lactancia, provocan un aumento de la flacidez en la piel y una perdida posterior de volumen que se manifiesta en un vaciamiento de la parte superior de la mama. Los implantes mamarios no previenen los cambios que ocurren en el seno como consecuencia de futuros embarazos. Por esta razón, es preferible operarse después del embarazo ya que durante un embarazo el cuerpo sufre muchos cambios y el resultado de un aumento de mamas puede variar.
La mamoplastia de aumento ayuda a mejorar el tamaño y la forma del pecho femenino. Es la intervención ideal para mujeres con un pecho excesivamente pequeño, para corregir una diferencia de tamaño entre ambas mamas, y para reafirmar los pechos vacíos tras la lactancia. En cambio, la mastopexia o levantamiento de pecho es un proceso quirúrgico que consiste solo y exclusivamente en levantar un pecho caído que puede requerir añadir una prótesis mamaria para mejorar el resultado.
El periodo de espera para poder operarse de aumento mamario tras el embarazo depende de si ha habido lactancia o no después del parto. Si se ha amamantado al bebé, habrá que esperar un mínimo de 6 meses después del último día de lactancia para realizarse la operación quirúrgica. En caso que no haya habido lactancia, transcurridos 6 meses del parto la mujer podrá intervenirse sin ningún problema.