La rinoplastia
La rinoplastia es la intervención que tiene como objetivo dar a la nariz del paciente la estética adecuada o solucionar algún problema o deficiencia estructural. Se trata de una cirugía poco agresiva y de recuperación rápida, que tiene como finalidad dar una mayor calidad de vida a la persona que se somete a ella, ya sea por su función respiratoria o porque refuerza la autoestima del paciente.
Es la quinta operación de cirugía plástica más realizada en España, donde según los datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), se realiza en uno de cada 1.000 españoles. La franja de edad que más acude a esta cirugía, ya sea por motivos estéticos o funcionales, es la comprendida entre los 18 y los 45 años.
Dada su importancia, en el Congreso de Residentes de la SECPRE de este año, celebrado en Pamplona, han prestado especial atención a esta práctica quirúrgica con el objetivo de avanzar en métodos, técnicas y potenciar una formación más exhaustiva y actualizada sobre todas las posibilidades de mejora en la morfología y funcionalidad de la nariz.
El conjunto de especialistas reunidos en la capital Navarra, en trabajo conjunto, han elaborado un decálogo de recomendaciones para todos aquellos pacientes españoles que deban, deseen o estén valorando la posibilidad de someterse a una rinoplastia. A través de estos consejos prevén que puedan hacerlo con las mayores garantías sanitarias y de seguridad. Este listado dice así:
- Recurran siempre a un profesional con la titulación adecuada. En Cirugía Plástica, hablamos de Médico Especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, y no duden en solicitar la acreditación demostrativa si es preciso.
- Comprueben que el sitio en el que tendrá lugar la cirugía es un quirófano homologado de un centro hospitalario y que reúna las condiciones de seguridad necesarias que requiere la intervención, en la mayoría de las ocasiones, de anestesia general.
- Evalúen con su médico los motivos para realizar la operación, tanto si son estéticos, funcionales (disfunción ventilatoria y problemas respiratorios) o secundarios (asociados a malformaciones congénitas, tumores, traumatismos, etc.), o asociados a enfermedades autoinmunes o al consumo de sustancias tóxicas.
- Valoren con el especialista que el desarrollo de la estructura ósea de la nariz se ha completado, especialmente en el caso de edades tempranas. También es importante valorar que se dispone de la madurez psicológica necesaria para una cirugía que conllevará un cambio en su anatomía facial. Este es el motivo por el que no es recomendable en menores de edad, excepto por motivos funcionales o asociados a malformaciones congénitas severas.
- Tengan en cuenta que es diferente el resultado deseado de las expectativas reales que debe transmitirle siempre su médico. Las expectativas no se pueden predecir totalmente ya que están determinadas por múltiples factores, como la anatomía propia de cada paciente o los procesos de cicatrización.
- Sepan que el preoperatorio de una rinoplastia siempre debe incluir un electrocardiograma y una analítica completa, que contemple un estudio de coagulación. Para pacientes de avanzada edad o fumadores se debe completar con una radiografía de tórax.
- Dejen que el especialista valore la técnica más adecuada para la intervención, que puede ser abierta, con una pequeña incisión en la columela (la parte externa entre la punta y la base) mediante la que se accede a las estructuras internas de la nariz, o cerrada, a través de las fosas nasales.
- Sepan que las molestias derivadas de la intervención se tratan fácilmente mediante analgésicos habituales. El postoperatorio conlleva necesariamente un taponamiento de las fosas nasales durante una media de 2-3 días, una férula nasal durante 7-10 días y si ha sido una intervención abordada con una técnica abierta, unos puntos en la columela que se retiran en aproximadamente una semana.
- Sean conscientes de que la rinoplastia es recomendable hacerla en solitario. Al manipular tejidos adyacentes a la nariz, es desaconsejable practicarla simultáneamente a otras operaciones faciales, aunque será el especialista el que valore cada caso concreto.
- No confíen en la existencia de la “nariz perfecta”. Los cánones de belleza cambian con el tiempo por lo que solo debemos priorizar resultados naturales, armónicos y proporcionados con el resto de la estructura anatómica facial.