1. Tener claros los motivos que llevan a recurrir a la cirugía para solucionar el problema, así como qué beneficios se espera obtener, tanto desde el punto de vista físico como psicológico.
2. Buscar información de calidad y las recomendaciones de las sociedades médicas; un anuncio en una revista o en televisión no es garantía de profesionalidad.
3. No dejarse llevar por el precio de la intervención sino guiarse por el especialista que la realiza; un buen cirujano no siempre es el más caro.
4. Es importante que el cirujano se encuentre avalado por una sociedad científica.
5. Antes de tomar una decisión se debe ser prudente y hacer preguntas.
6. Durante la primera entrevista hay que informarse sobre la formación del cirujano: dónde estudió y su experiencia profesional.
7. Con el fin de evitar sorpresas desagradables o alcanzar falsas expectativas, es recomendable hablar con personas que se hayan sometido a este tipo de intervención.
8. Tener más de una opción para poder elegir con mayor criterio.
9. No se recomiendan las intervenciones de aumento de mamas antes de los 18 años ya que debe esperarse a que la glándula se haya desarrollado por completo.
10. Tampoco hay que olvidar que los resultados finales de la cirugía dependen de la calidad final de la cicatriz, en la que influye la propia naturaleza del paciente.